Por el camino de Santiago parte 3

Siri Gurudev

Diecisiete días de camino. Dicen los peregrinos que ya hicieron el recorrido completo que la parte física se estará yendo pronto para darle paso al trabajo de la mente. Reflexiones sobre la vida, el pasado, los otros. Al final, dicen, llegan las palabras del corazón (revelaciones, verdades). Un puñado de creencias algo esotéricas a las que les doy oportunidad.

Me encuentro atravesando los interminables y áridos campos de Castilla hasta León. Ante la ola de calor, los recorridos se hacen bastante difíciles.
Con la llegada de la mente, la pregunta que me ha venido es, ¿cuáles son las razones por las cuales las personas hacen este camino?

Según lo que he oído, hay algunos que hacen el camino como pago o promesa frente a una petición cumplida. Por ejemplo, si un familiar o uno mismo se cura de algo grave.

Hay otros que piensan en el camino como una aventura y lo hacen cuando han tenido experiencias cercanas a la muerte, casi como una celebración de la vida a través de una experiencia límite. Este es el caso de Robbie, que sobrevivió al cáncer y venía por eso a hacer el camino, o Antonella, cuyo esposo estuvo también con cáncer y logró sanar. Aquí también están los casos de tiempos de crisis o de cambio, como mi amiga de República Checa, Betka, que hace el camino porque es fotógrafa y perdió la inspiración, o Paula, que acaba de empezar su vida de pensionada y hace el camino para descubrir qué viene ahora.

Los más son quienes hacen el camino porque parece un viaje interesante y un poco extremo, y les interesa simplemente tener la experiencia. Muchos de estos hemos tenido amigos que nos han recomendado hacerlo porque ya caminaron, o hemos visto la peli o leído el libro (lo de Dinamarca vieron a una figura pública en un reality). A estos son a los que más nos asalta la duda de ¿por qué seguir? Caminar de 6 a 9 horas diarias, con dolor de pies, de espalda, cadera, para llegar a un albergue con infinitas literas y medio dormir entre los ronquidos con el plan de salir a las 5:00 o 6:00 de la mañana a marchar de nuevo.

Historias de personas en este grupo me han conmovido.

Hay muchos coreanos que vienen a hacer el camino. Me pareció inquietante. Al parecer, es un viaje que está de moda allí. Encontré a una chica coreana de 21 años cuyo nombre no me es posible pronunciar ni menos escribir que estudia enfermería en su país y vino sin hablar español y con muy muy poco inglés a hacer el camino. La encontré llorando desconsolada en el albergue parroquial de San Juan de Ortega y me dijo que ese día había perdido sus pantalones y, cuando se bañaba, un hombre la ha visto desnuda desde otro edificio. Estaba tan cansada y desesperada. Pero los peregrinos somos amables y tratamos de calmarla y animarla. Al otro día, el hospitalero la llevaría a Burgos en coche para que pudiera encontrarse con otra coreana que estaba allí para seguir el viaje. Ella me contó que su hermana había hecho el camino hace dos años y le había dicho: «es tu turno».

Muchas personas de España y otras partes de Europa hace el camino a trozos. Hacen unas etapas y al otro año comienzan desde donde terminaron y así.

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Encontramos un oasis en medio de la nada, San Bol, que tenía esta mesa para escribir.

Este es el caso de una mujer mayor alemana que llevaba el pelo corto y una manilla LGBT y que hacía el camino a trozos desde el 2008. Esta vez comenzó en Pamplona y tuvo cálculos renales al inicio. Estuvo en dos hospitales y cuando yo la conocí, era el primer día que no le dolían los riñones. Aldía siguiente, cuando llegué a Burgos en la noche, luego de recorrer la ciudad, comer y ver la catedral, me encontré con ella en el albergue con su ojo izquierdo reventado, gigante de hinchazón, herido, morado, la ceja borrada, heridas visibles en el pecho y en el brazo. Casi me siento a llorar. Se cayó en el poyo de una calle y una ambulancia la recogió. Con los ojos enlagunados, me dijo que se volvería a su casa el día siguiente.

¿Por qué razones hacemos lo que hacemos y por qué seguimos haciéndolo?

Con mi compañera amiga de camino Montse hemos estado pensando que hacemos cosas por razones no siempre legítimas, lo cual es un hecho obvio y bien sabido, pero el asunto es más cómo saber qué es lo que verdaderamente nos gusta, lo que queremos, y cómo tomar la decisión de un cambio. ¿Y si «lo que queremos» está también influenciado por razones ajenas?

Hemos llegado a la idea de que esto tiene que ver con la conexión que tenemos con la parte más auténtica de cada uno. Esta conexión, que trae como consecuencia la fluidez en la vida, no es algo que se alcanza pensando miles de horas sobre la realidad que llevamos. Montse ha reflexionado más horas de las recomendadas si seguir el camino o regresar a su casa. Aún no lo sabe. La cabeza poco resuelve.

En cambio, al despertar la intuición, simplemente lo sabes. Y cuando lo sabes, confías. Confías en que haces lo que es coherente con tu propio ser y por eso, en realidad, no importa lo que suceda, confías que estarás bien. No llegas a la conclusión de que cosas malas dejarán de pasarte, no, porque sería ingenuo, sino más bien que podrás superarlo todo con gracia y mantendrás, en lo profundo, el estado de dicha que representa existir. Aprenderás, cada vez te conocerás mejor (entrarás en contacto con esa parte que te hace igual a todos los seres) y te enamorarás más y más de ti (es decir, de todos).

Esa es la esperanza.

Por mi parte, más allá de que he venido de otro país expresamente a hacer el camino, lo cual podría considerarse una presión adicional para terminar, sigo caminando como cuando sigo haciendo una asana de yoga. Los primeros segundos y quizás minutos son dolor o esfuerzo, pero luego es que sucede la magia. Cuando atraviesas el umbral, pasan cosas, te transformas, encuentras respuestas. Por eso, sigo.

La verdad es que la fase del pensamiento me ha llegado duro. Frente a los asombrosos amaneceres de trigo y girasoles he recordado con nostalgia las cosas duras que se supone he superado, los amores perdidos, las traiciones.

Le pido al camino que me sane.

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Una respuesta a “Por el camino de Santiago parte 3

  1. !!! El deseo de culminar el camino es lo que llena de gozo al espiritu. Por eso cada dia de esfuerzo, te convierte en una roca frente a tantas dificultades y en una admirador constante de la naturaleza y de tu interior. Cada minuto es un regalo del Divino Creador para contemplar en todo su majestuosidad de lo maravillos que es el mundo y sus gentes. !!!Buen camino Diana Cata !!!

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