Yoga para todes

Autora: Andrea Leber
Traductora: Crista Castellanos

Lo que realmente me parece curioso de WordPress es cómo la gente, a través de lo que pone en Google, termina por encontrarte. Más curioso aún: muchos de los lectores de este blog, lo han encontrado al buscar esta pregunta: ¿Puedo hacer más flexible mi lengua? ¡Quién podría haberse imaginado que tanta gente se hiciera una pregunta así! Todas estas personas hacen click en el artículo sobre la respiración de león y probablemente no encuentran lo que tenían en mente.

Otra cosa que mucha gente quiere saber es cómo ser mejor en yoga.

Cuando enseñaba, las personas me preguntaban casi semanalmente si había notado un avance (la mayoría de las veces la respuesta era “no, estas cosas toman tiempo…”) En mi práctica personal, tuve suerte, supongo. Yo llegué al mat de yoga con una experiencia de 13 años en gimnasia y logré hacer fácil y rápidamente las primeras series de Ashtanga. Yo había cogido fácilmente este asunto del yoga y era una snob bastante engreída, a decir verdad. Era esa clase de persona que simplemente no podía creer que hubiese gente en el mundo incapaz de tocar los dedos de sus pies.

Pero una vez en las segundas series, quedé bloqueada y lesionada. Fue demasiado en poco tiempo. Tuve que recomenzar. De repente, una frase que había leído alguna vez (sin entenderla) cobró sentido:

La forma más rápida de progresar en yoga es… ir despacio.

Pasé otros buenos años batallando con problemas en la articulación sacro ilíaca, con mi hiper-mobilidad, y terminé diciéndoles a mis profesores en clase que no quería estirarme más, incluso sabiendo que físicamente era posible. Lo que queda de esa época son unas cuantas fotos simpáticas de poses y un dolorcito recurrente en mi espalda baja. Todo está bajo control ahora, pero sé que desde el comienzo podría haberme evitado lo que atravesé.

Y ahora que un bebé ha llegado a mi vida, realmente entiendo lo que es una “práctica de yoga avanzada”. ¡Tengo un PhD en paciencia! Cuando veo que ha vomitado tres veces y debo cambiarlo por cuarta vez y aún no es mediodía. Todo está bien. Cuando veo que ensució su cama dos veces anoche. No importa, todo está bien. Hambriento a la 1 de la mañana, 4 de la mañana o listo para jugar a las 6:30 de la mañana. No hay problema. Todo está bien.

¿Entiendes lo que quiero decir?

No existe esa cosa llamada “tiempo para mí”. Antes de que él llegara, tampoco existía ese “tiempo para mí”, porque todo era “tiempo para mí”. Lo que pasa es que ni me había dado cuenta. Ahora, después de amamantar, arrullar, bañar, pasear y… trabajar, no queda más tiempo. No tengo en realidad un momento organizado para hacer yoga o meditar. Pero mi día entero se ha convertido en una práctica continua: Respirar profundamente. Pensar. No desesperarse. Sonreír. Lo que va definitivamente en la misma línea de lo que Swami Sivananda definió como la más alta práctica de yoga: el servicio desinteresado.

Y honestamente, ahora soy más rígida a nivel físico. No puedo hacer una rueda completa y Kapotasana está a años luz (tal vez se fue para siempre). No habrán fotos de perfil simpáticas en un buen rato. Pero curiosamente, no siento haber desmejorado. En otros sentidos mi práctica ganó fundamento y profundidad, y se ha hecho útil para cualquier circunstancia que atraviese mi vida. Y una cosa es segura:

Las habilidades que estoy desarrollando ahora son más importantes en la vida diaria que hacer la rueda completa.

Artículo original: http://andrealeber.com/2015/05/08/how-to-become-an-advanced-yogi/