Por: Raw Word

Pasa mucho ahora en la era de la información, que el tener contactos parece haberse vuelto el recurso más importante de una persona. Más allá de tener algo interesante que decir, o algo de calidad que ofrecer, parece ser más importante tener una lista de contactos a la cual enviarle esa información o des-información. Estamos viviendo una suerte de «guerra del centavo» de listas de amigos de facebook, e-mails, y contactos de whatsapp. Pero bueno, este texto no se trata de una crítica abierta a este hecho, sino más bien de un análisis de cómo ésto nos está llevando, de nuevo, a elegir como siempre, entre el amor y el miedo.
¿Qué tienen que ver el amor y el miedo en esta cuestión? Bueno, para empezar, debo decir que mucho se predica pero poco se aplica en este tema tan nueva era de confiar en el universo, fluir, y sentir que todos somos uno. Estos conceptos, en su origen sagrados y auténticos, ya se han vuelto frases de cajón en las escuelas de yoga y en el ámbito «espiritual», y han perdido fuerza, credibilidad y sobre todo seriedad al contacto con la realidad incoherente de quienes las predican.
¿Por qué ser celosos con la información, las listas de contactos y las tan apreciadas bases de datos? ¿No hay detrás de esto una verdadera rigidez mental alimentada por el miedo a… perder clientes?
¿Qué tal si aquellos que tanto predican el confiar en el universo… realmente relajaran el miedo y…. confiaran en el universo pudiendo recomendar un profesor de yoga diferente a los de su escuela y que tal vez le quede más cerca al estudiante? ¿Qué tal si en las escuelas de yoga se fomentara el respeto a la experiencia, profundidad de la práctica personal y horas de vuelo de un profesor y no se fomentara, con el ejemplo, la mentalidad mercantil de una disciplina milenaria de elevación del alma? ¿Que pasaría si fueran importantes las razones de una persona para inscribirse a una formación de profesores de yoga, y se descartaran las razones motivadas por el creer que se ha descubierto la gallina de los huevos de oro buscando poner cada uno una escuela de yoga con cero profundidad filosófica?
Amar es buscar elevar al otro, darle lo que necesita y señalarle lo que lo limita. Pero cuando el estudiante es sólo una cifra más dentro del gran aparataje del negocio del yoga, la confrontación de su ego, que le daría verdadera libertad y que es una de las principales virtudes de la práctica del yoga, se disuelve en una cómoda, sonriente y complaciente mezcla de pseudo-principios espirituales que sólo buscan la satisfacción del cliente que garantice su constante consumo.
Y termino citando a un grande:
«Tu puedes creer que soy un soñador, pero no soy el único, espero que algún día te puedas unir a nosotros, y el mundo SEA REALMENTE UNO» -John Lennon
Me encanta este artículo! Gracias
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Hola soy Carla gracias por la iluminación es verdad fluir y ser uno, es de un trabajo muy conciente y años de práctica a veces, soy instructora, no me guardo nada intento que todos se puedan acercar a esta disciplina, conocerla y que descubran cuan profundo llega lo fluir y ser uno, termino muchas veces aprendiendo yo de mis alumnos. Todos somos maestros. Gracias Namasté.
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¡bendiciones, carla!
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