Autora: Har Rai Kaur
Sat Nam a todos,
Dentro de la tradición de las comunidades Sikh y de Kundalini Yoga alrededor del mundo, existe una actividad ligada al modo de vida que se practica, y que es una de las principales actividades de servicio a la comunidad: el Langar.

Esta costumbre proviene de la tradición del Sikh Dharma, que es el contexto dharmico y filosófico que sostiene al kundalini yoga como forma de vida. El concepto se llama realmente GURU KA LANGAR, que significa el comedor del Gurú, y su historia se remonta a la época de Gurú Nanak, el primer maestro de esta tradición, quien consideró importante que el derecho a la alimentación fuera garantizado a todos sin importar sus condiciones. El segudo Gurú de esta tradición, Guru Angad Dev Ji, le dio más importancia a este concepto y lo institucionalizó como parte importante dentro de la forma de vida Sikh, expresándolo así: “PEHLAN PANGAT, FIR SANGAT”, que significa, primero reunirse a comer, y luego reunirse en comunidad sagrada (a compartir la música y la oración).
Detrás del concepto de Langar, hay varias ideas que se congregan en torno, no solo al alimento, sino a la forma como nos relacionamos entre nosotros los seres humanos, y que, en una época como esta en la que el individualismo extremo es el pan de cada día, resultan paradójicamente revolucionarias, incluso habiendo sido planteadas hace varios siglos.

Primero que todo está el hecho de sacar de mi propio tiempo y tal vez de mis propios recursos económicos una parte para destinarla a alimentar a otras personas. En unas condiciones históricas en las que el individualismo se ha vuelto el estilo de vida paradigmático, el destinar el propio tiempo a una actividad de la cual no voy a sacar ningún provecho productivo, constituye un acto que, digamos, va contra la inercia colectiva.
Segundo, una de las ideas principales dentro del concepto de Langar es que todas las personas, independientemente del contexto del que vengan, es decir, sean ricas o pobres, educadas o analfabetas, etc., se sienten al mismo nivel, en las mismas condiciones, a realizar uno de los actos más básicos y naturales de la experiencia humana: comer. ¿Esto qué implica? Que hay una condición básica que todos los seres humanos compartimos, y que olvidamos por todas las capas de identidad que vamos formando encima de nuestra alma a medida que pasa el tiempo y la experiencia. El acto de compartir con otros seres humanos sin importar su condición, y sin que existan prerrogativas ni ventajas para unos u otros, nos recuerda esa unidad básica a la que todos pertenecemos.
Tercero. Este punto viene de la pregunta ¿Por qué es importante ofrecer comida gratuita? El alimento del cuerpo, que proviene en su mayoría de la comida, es lo que permite que haya un funcionamiento físico básico. Si esta necesidad no está cubierta, es imposible que hablemos de derechos que trasciendan la realidad física inmediata. Ni qué hablar del bienestar emocional ni la libertad de elección. Ofrecer alimento gratuito fue la manera en que los Gurús Sikh sembraron un precedente sobre el derecho básico que tenemos todos los seres de ser nutridos y a partir de ahí, el derecho a la libertad de pensamiento y a la libertad de acción. Cualquier persona que viniera a consultar a los Gurús, era invitada a comer primero. Es decir: te garantizo tu derecho básico de la alimentación, y así garantizo que las palabras, elecciones y acciones que realices en presencia de los Gurús, sean libres y no estén teñidas de necesidad. O sea que en presencia de los Gurús, las personas no tenían que ceder su dignidad para obtener favores, porque los favores ya estaban garantizados de antemano.

En una sociedad tan individualista y tacaña como la nuestra, los actos de generosidad son casi subversivos, y el querer elevar y dignificar al otro de manera GRATUITA, casi pertenece al reino de la mitología.